Para que los procesos de feedback promuevan la autorregulación del alumnado, es necesario que, por un lado, se creen unas condiciones que faciliten esta autorregulación y, por otro lado, que el feedback sea de calidad.
El proyecto Feedback for learning (Feedback para el aprendizaje) [disponible aquí] establece cuáles deberían ser estas condiciones y características. De acuerdo a los resultados de este proyecto, para que los procesos de feedback promuevan la autorregulación deben (ver imagen):
Desarrollar la capacidad para el feedback.
Diseñar propuestas de feedback.
Fomentar una cultura para el feedback.
Si se dan estas condiciones, podemos centrarnos en detectar las características de un feedback de calidad, que son:
Ayuda a clarificar qué caracteriza una buena actuación (objetivos, criterios, resultados esperados…).
Facilita el desarrollo de autoevaluación (reflexión) del aprendizaje.
Provee información de calidad sobre el aprendizaje.
Fomenta el diálogo entre el docente y los iguales acerca del aprendizaje.
Promueve creencias motivacionales y de autoestima positivas.
Ofrece oportunidades para reducir el espacio entre la actuación presente y la deseada.
Provee información a los docentes para ajustar la práctica docente.